Para la Iglesia, la fiesta de Pentecostés es comparable en importancia a la de la propia Resurrección, pues por esa comienza a tener sentido nuestra fe y por aquélla lo tiene ya para siempre.Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe no hubiera tenido ningún sentido, llega a decir San Pablo. Y si el espíritu Santo no hubiera bajado sobre nosotros para acompañarnos hasta el fin del mundo,tampoco, pues Cristo resucita, habita unos días entre los hombres y luego asciende a los cielos. A quien envía para estar con nosotros es a su propio Espíruto...