
Desde que, al crecer, nos vamos dando cuenta del valor del dinero, sufrimos el bombardeo sintemático de dos grande mentiras: la que nos reduce a meros trabajadores -una pieza más en la máquina- y la que nos afirma como simples consumidores y nos manda al mercado a gastar y comprar.Son dos falacias que han ido construyendo una sociedad asentada únicamente...