
El protagonista de esta historia es Juan Araújo, exfutbolista del Sevilla FC, quien en 1965 tuvo que enfrentarse al dolor de ver morir a su hijo tras una larga enfermedad. Durante su padecimiento, Araújo, devoto del Cristo del Gran Poder, le pidió en repetidas ocasiones que sanara a su hijo. Tras el trágico desenlace, el padre, roto de dolor, renegó...