
El cielo celeste y sonriente
Ondea en las alturas
Entre ecos de vítores y aleluyas.
Domingo de Ramos en la Almazara,
Las calles se inundan de jubiloso gozo,
Aplausos y piropos brotan vibrantes
Del corazon de la primavera palaciega.
Brisas suaves envuelven el aire
Y la mirada tierna del niño ilusionado
Ya espera ver a Jesús en su Borriquita
Como...