Me lo dijo ese monstruo de capataces que fuera Manolo Bejarano y lo corroboran los que son algo en el mundo de las trabajaderas:el costal, cuanto menos lo toques mejor. Una vez que unas manos expertas hayan hecho la ropa y ésta quede en su lugar tras las primeras chicotas, ya saben, ni tocarla.
Tengo en mi mente una foto de recuerdo y que me impresiono del misterio del Desprecio de Herodes.El paso estaba parado para un relevo al final de Cuna. El personal sale con el esfuerzo reflejado en la cara y la ropa en su sitio, con la medida justa y sin que nadie toque ni quite. Bella estampa de gente que sabe lo que hace.Pero una vez entrevisté a un costalero, no recuerdo de dónde que me dijo que para no llamar la atención se quitaba el costal cada vez que hacia un relevo. Efectivamente este hombre no llamaría la atención pero conforme el costal se lo quitaba y se lo ponía iba semejando una pamela tras tanto ajetreo al volver al palo era el centro de las miradas de sus compañeros pues demostraba no tener ni idea.
ASI QUE LA ROPA, NI TOCARLA....
Jose Manuel García.