8 de julio de 2009

Morir, es dormir para siempre.








Morir, es dormir para siempre.

Dormir, en el suave vaivén de las bambalinas de tu paso,

en el claro cielo de tu mirada,

en las lagrimas de los cirios que se funden a tus pies.



Morir es, sentir la brisa fresca en el aire,

en tus mecheros de cola,

es oír para siempre el crujir de tu paso,

en la levanta valiente de tus Ángeles costaleros.



Morir es, soñar con sentir tu llamada Enrique...

Y decir con ella,

ahora si te obedezco,

y me voy al cielo, si al cielo con ella.



Morir es, vivir siempre a vuestro lado,

como en un eterno Domingo de Ramos.


Versos dedicados a nuestra cuadrilla de Hermanos Costaleros por nuestro aguaó José Hidalgo.


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