Por la presencia de los hermanos, me dijo un entendido cofrade.
De acuerdo, si se trata de un hecho cuantitativo es obvio que ocurra así. A mas gente más vida, pero en muchos casos vida mala.
La clave está en no confundir la vida con la convivencia. Cada vez son más habituales que en hermandades con cuatro gatos, dos a dos se tiren los tractos a la cabeza. Son pocos y encima enfadados. Hay ejemplos también de grandes corporaciones con corrientes de todo tipo: oficialistas, críticas, progresistas, conservadoras, y tantas y tantas que convierten las hermandades en una torre de babel en las que todos se entienden sin ponerse de acuerdo, y mejor seria que no se entendiesen.
Entre gestoras, dimisiones, cabildos suspendidos y aperturas de expedientes, añoramos que en la prensa salgan otros tipos de noticias.
Con facilidad olvidamos el sentido de las corporaciones de las que formamos partes. Es cierto que en una sociedad de hombres cada uno es de su padre y de su madre. Pero sería interesante CONVIVIR más y aparcar la vida, la MALA vida.
Articulo extraido del periodico ABC.
AUTOR: JAVIER MÁRQUEZ.
