Bendito el Oficio del Aguaó,
que con samaritano esmero,
calma la sed y alivia el dolor,
del cansado corazón del Costalero.
Gracias a Eduardo por Dedicarme tan bella palabras y pintarlas en esta latilla de agua para mi y gracias a mis hermanos costaleros por hacerme sentir no uno más sino pieza importante dentro de su cuadrilla.
En muchas ocasiones me habeis ayudado en el dia a dia, en muchas y dificiles chicotas de mi vida.
Firmado vuestro amigo y Aguaó: Jose Hidalgo Fernández.
16 Enero 2010