Enciende tu cirio nazareno,
Amárrate el cíngulo como brazo de Dios,
que retuerce tu corazón,
ponte tu antifaz,
para que no conozca nadie, que Dios va contigo.
Entra Triunfal en la Almazara, Silencioso,
Escuchando las voces, Algarabía y llanto,
Acude a Tu Madre,
Ángeles, que en su palio te está esperando.
Mírale a la cara,
A sus carrillos, rosados por un sol de Domingo de Ramos,
A sus ojos, alegres por ver a su hijo en Jerusálen, triunfante, Entrando;
No mires más nazareno,
Que ni el palio, varales, ni estrenos,
Harán que reluzca más el Domingo de Ramos,
Que la Mirada de nuestra Madre de Los Angeles,
En la Almazara reluce su encanto.
Que la Mirada de nuestra Madre de Los Angeles,
En la Almazara reluce su encanto.
Autor poesía y foto: Diego Galán