El adviento es un tiempo de renovación, de esperanza, de mirar hacia el futuro con ilusión.
Hemos terminado el pasado Domingo, el año de la FE, y deseamos que todos los cristianos hayamos podido aprovechar al máximo este acontecimiento para profundizar, reafirmar y renovar nuestra fe.
En particular hemos recogido los frutos del Concilio Vaticano II, del cual seguimos conmemorando el 50 aniversario. No podemos olvidar que también la elección del Papa Francisco nos ha contagiado a todos una nueva ilusión. Por tanto hay varios elementos que nos invitan a la renovación y a la esperanza, como si todo fuera un nuevo adviento que el mismo Señor nos invita a vivir con intensidad.
Esperar un nuevo tiempo de ADVIENTO es una oportunidad para despertar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.Se trata de un tiempo favorable para acoger al Señor que viene a iluminar nuestras vidas.
Una actitud muy importante en este tiempo es la VIGILANCIA. Tenemos que permanecer atentos, preparados, despiertos para poder acoger con buenas obras la venida de Jesucristo.
Con este tiempo de ADVIENTO empezamos un nuevo AÑO LITÚRGICO y lo hacemos diciendo:
