16 de junio de 2014

Los Pasos que más pesan de Sevilla. CURIOSIDADES.



Dentro de la vorágine en la que se ha convertido todo lo que rodea a las cuadrillas de costaleros, se ha consolidado como un reto para muchos el pertenecer a los que sacan los pasos más pesados.
De siempre ha habido pasos con fama de "dar más leña" que otro, siempre hemos tenido en la cabeza esos misterios o palio con nombres que sonaban a "corría dura", a cuello y espalda castigada, a esfuerzo y pelea constante. Entre ellos los hay con dicha fama bien merecida, así cabe destacar entre los de Cristo, a La Amargura, -el Herodes-, La Lanzada, Quinta Angustia, Los Caballos, San Roque o La Carretería entre otros; y entre los de Virgen los pasos de La O, El Socorro, Las Lágrimas, El Silencio, El Gran Poder por poner algunos ejemplos. Estamos seguros de que cualquier costalero pensará que su paso bien podría estar entre los citados, incluso alguno debe llegar a pensar que cometemos un error al omitirlo, y es que nos encontramos en una fase en que casi todos queremos que nuestro paso sea pesado, sea duro, sea de los que según el argot, "dan jabón". Sinceramente no acabamos de entender el porqué de este anhelo.
¿Acaso es mejor costalero aquel que trabaja en un paso de más tonelaje?, ¿acaso es menos costalero aquél que sale en una cofradía de menos horas en la calle? Todas estas ideas no son más que una equivocación, pues siempre hemos dicho que todos, absolutamente todos lo pasos pesan, y normalmente más en el camino de vuelta. Todos los pasos pasan factura en mayor o menos medida, pero al fin y al cabo factura. Es más, nos atrevemos a decir bajo el amparo de la experiencia que pasos que sobre el papel son más livianos, han cobrado un tributo mayor que otros que a priori eran más exigentes. Por lógica, son muchos los condicionantes que influyen en una salida procesional , a modo particular podemos hablar de la confección y el apresto de la ropa, de su hechura y colocación, de su acomodo de penitencia, de la experiencia, de la motivación , de la devoción , de la afición...todos estos condicionantes a la hora de medir el esfuerzo que exigirá una salida procesional.



En definitiva, no hay teorías que se cumplan a rajatabla ni consejos por muy expertos que sean que acierten de pleno, pues ya hemos visto que las cosas varían de un año a otro sin que siempre haya una explicación fiable para ello.
Pesando un paso

Pero volviendo al tema principal de este apartado, hay una corriente de costaleros jóvenes y muy aficionados que acuden a pedir trabajo a pasos de esos que tienen colgado ese "sanbenito" de pesados como vara de medida a su esfuerzo; como buscando una prueba de capacidad. Después puede resultar que esa cuadrilla gane la pelea a ese paso y, en cambio, donde menos se pensaba sale un año malo del que acudió pensando que saldría victorioso. En esta situación actual se ha impuesto sin mala fe, quede claro, la costumbre en muchas hermandades de medir con exactitud el peso en kilogramos de sus pasos de salida.

Parihuela de San Gonzalo, 1960 Gg
Entendemos que esta medición se ha hecho con idea de controlar el peso de las parihuelas de ensayo, ya sea para aproximarlas a los pasos de salida o bien para aumentarlos y así buscar una preparación más exhaustiva y que ayude a que, llegada la Semana Santa, se noten para bien los entrenamientos efectuados.
Sin descartar estas actuaciones , no podemos dejar de pensar que puedas llegar a ser contraproducentes en el sentido de proporcionar una información al costalero que casi nunca había poseído y que ahora se puede utilizar sin darse cuenta para crear cierta psicosis, en cuanto a que no es lógico que un paso de menos kilos apriete más que otros que pese más, refiriéndonos a la posible división entre los integrantes de la cuadrilla, sin tener en cuenta que esa matemática en la trabajadera y el costal no existe. Ahí también juega su papel la irregularidad de este arte tan particular.
 

Libro: ¡VENGA DE FRENTE!
Autor: Juan María Gallardo
Editorial: ABEC editores.

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