Lo primero que me ha llamado la atención es la forma de expresarse un costalero, con fuerza, con ímpetu, con unos párrafos largos casi interminables, queriendo salir el corazón por la boca, como cualchicotá, larga, larguísima, que su capataz le ha pedido al retraso acumulado.
Es el andar de frente y sin tonterías. El amor puro, sincero y verdadero, de tu alma y de tu ser costalero.
La dedicatoria que le haces costalero a tus compañeros en las trabajaderas, “A los que pasean la Fe”, es esplendida , parece que quieres envolverte con ellos en el manto de tu Virgen o del Cristo, queriendo hacer una sola “igualá”, para pasear la Fe que sentís ante todo el mundo, que tan falto está de la misma.
Te haces costalero la misma pregunta que yo me he hecho tantas veces, para después de leer tu pregón, darte una respuesta “cada uno de vosotros habéis sentido la llamada de Dios, que os tendió la mano en su momento, para que pusieseis vuestros talentos a disposición de los demás”.
Aludes más adelante a una frase de Monseñor Amigo Vallejo, el cual nos ha dejado tantas enseñanzas: “Es amando a los hombres como se aprende a amar a Dios” y terminas el apartado diciendo:” Por lo tanto estamos amando a nuestra forma a Dios y a su bendita Madre y muchas veces no nos damos cuenta que sobra todo lo demás”. !!Cuánta razón llevas Pepe, Él y solo Él nos puede llevar a la felicidad y a la Gloria!!
Comentas en otro momento que hay que saber decir “hasta aquí he llegao” y poner fin al idilio que has tenido con tu Virgen o tu Cristo, al amor, a la entrega y a la lucha durante tantos años, sintiendo la satisfacción del deber cumplido. Ahí , Pepe, en este punto no estoy de acuerdo contigo, solamente en este, ya que en la vida del costalero esto solamente debe ser un punto y seguido, habéis llegado a Amar a Dios habiendo costado SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS, siendo el fruto de vuestro trabajo la: FE y cuando llegue este final, debe ser el comienzo de vuestra vida social al servicio de Dios, manifestando a los cuatro vientos vuestra Fe y siendo un ejemplo para todos los compañeros que siguen en las trabajaderas, comenzando a dar fruto todo lo que quiere Dios de vosotros.
Termino, Pepe, felicitándote por esta extraordinaria exaltación, y sintiéndome orgulloso de tener como hermano a una persona como tú que has manifestado públicamente tu amor a Dios y a su Santa Madre.
Y seguimos caminando….
Fotos: J.Vicente Cremades