LOS COSTALEROS
Ya tenemos las andas , los palios, los misterios...¿y los costaleros?
El primer documento gráfico de los costaleros , lo encuentra el profesor Teodoro Falcón en los archivos de la Catedral, sin fecha ni firma. Él se los atribuye a Lucas Valdés, a finales del siglo XVII. Tiene un texto en italiano que refiere a los cargadores de la custodia del corpus , a los que llama "fachini".
La palabra costalero viene de costal, especie de gorro hecho manualmente, que utilizaban los cargadores para salvar la cerviz del contacto con el elemento a cargar y a su vez fijaba el punto de apoyo para la carga.
Antiguamente, en las mudanzas de los grandes muebles o pianos para las fiestas, los cargadores colocaban unas traviesas con cuerdas donde se acoplaban los hombres , un sistema similar a lo que nos encontraríamos debajo de una parihuela actual.
Poco se sabe sobre la evolución del costal, aunque analizando los avíos para la carga, además de la cuerda para montar las traviesas, se utilizaba un saco vuelto hacia una de sus esquinas, cosa que se ha visto hasta hace poco con los cargadores de sacos de harina y los de los canales de carne. En algunos dibujos aparece como si fuera un gorro prefabricado y cosido para fijar el trabajo; mas tarde fue sustituido por una manta con los mismos dobleces que actualmente se hace la ropa, pero sin morcilla (cilindro de tela relleno de guata o lana). El capataz Salvador Dorado me reconoció haber usado el soporte de las ristras de ajos como morcilla, hasta llegar a la ropa de hoy día.
Las pocas citas que encontramos sobre la procedencia de los primitivos cargadores, casi todas las relacionan como foráneos de Sevilla, italianos , franceses ,asturianos y, la más conocida era la de "gallegos" , de la cual nos extenderemos un poco más.
Escritores como Miguel de Cervantes, en su obra Rinconete y Cortadillo ,hacen alusión clara al trabajo de costaleros. En la citada obra, reconoce que ambos personajes son nuevos en el oficio, debido a los flamante de su costal. El término "mozo de cuerda" también aparece relacionado en varios escritos de autores de la época.
El escritor sevillano José María Blanco White, en su carta de España, fechada en 1978, nos habla de cómo hidalgos asturianos tienen el privilegio de procesionar en el día del corpus, el paso de la Custodia. El hecho de que haya diferentes lugares de procedencia dentro de los cargadores, no choca con el término "gallego", ya que éste no es denominación gráfica, sino gremial.
Aquellos cargadores, asturianos según unos, franceses según otros, eran conocidos por el vulgo como "gallegos" y vivían en condiciones infrahumanas. Dice Rafael Lafftón en su libro La Sevilla del buen recuerdo: "Dormían sore una manta, por cabezal una cuerda tensa amarrada de pared a pared, por almohada su costal; por la mañana el casero del corral daba una patada en la puerta, desamarraba un extremo de la cuerda dando mozos con sus cabezas en el suelo y despertaban".
Visto el panorama de los pobres "gallegos", no cabe ni siquiera pensar en racheados, gateados , mecidas ni nada por el estilo. Eso si, en la poca literatura que hay, el capataz siempre notaba preocupación por las levantás y solía advertir que se hicieran suaves, no lo fueran a tirar. Esta observación nos viene a indicar que posiblemente las levantás tampoco estaban organizadas como las que actualmente se hace.
Y Dios puso el arte... valiéndose del hombre
Ya tenemos todos los elementos, pero estábamos todavía en las mudanzas. El andar de los pasos antiguamente no guardaba un ritmo, ni siquiera una compostura mínima , avanzaba como podía. Los hombres eran tratados como bestias de carga y a eso se limitaba su función. El encargado de manejar el personal o capataz tampoco lo disimulaba a la hora de hacer alardes de malos tratos el personal. varetazos , blasfemias, etc.. estaban al orden del día.
Como muestra de lo anteriormente expuesto, plasmo lo escrito por Eugenio Noel el un incidente ocurrido en un pueblo a frente, esperando que el cura terminara se sermón para realizar los típicos encuentros. Dado que el sacerdote se extendió mas de la cuenta, los costaleros se fueron despistando disimuladamente a las tabernas del alrededor y, a la hora de la verdad , los pasos no se coscaron.
Según Noel los capataces reaccionaron así: "Pero los encargados de la buena conducción de los pasos, especie de velludos cómitres o arraeces bestiales, no se resignan , buscan a los culpables, los meten bajo las penas de los Pasos , a varazos horrendos y se los oye con escándalo inaudito vomitar las más horrorosas blasfemias".
El episodio termina, fruto del vino y de la ira, en que los pasos no llegan a encontrarse, teniendo que dejarse abandonados y custodiados por la Guardia Civil.
La forma de trabajar fue perfeccionándose , pero se cuidaba más del alardeo y de las excentricidades que de otra cosa, de ahí nos viene la leyenda del mítico Tarila. Hasta que a primeros del siglo llegó la seriedad con capataces como Palacios, Ayala y sobre todo, Rafael Franco Luque, que instituyó la primera igualá. Así la describe su nieto Carmelo en el libro <<Martillo y trabajadera>>. "Se encontraba Juanillo Fatiga organizando la cuadrilla para la salida de la cofradía de la Trinidad, en el pasaje inmediato a la iglesia, rodeado de una multitud de costaleros, más de los que podian trabajar, los cuales vociferaban suplicando o exigiendo un puesto, esgrimiendo supuestas promesas del capataz, el cual iba igualando como podía. Incluso los elegidos discutían la trabajadera o el lugar asignado. Viendo Rafael Franco Luque , que el bueno de Juanillo era incapaz de dominar la situación mientras la hora de salida se acercaba, decidió hacerse cargo de la misma. Mandó a Antonio Torres a tomar café al bar próximo, y requirió a los Guardias Civiles que iban a dar escolta a los pasos, rogándoles que impusieran orden y dejaran pasar sólo a los que él designase. Así se hizo, y Rafael igualó rápidamente y por primera vez, como había visto hacerlo a Palacios, con el tiempo justo para la salida. Ese día nació la idea de la lista previa, el cuadrante y el igualar en lugar apartado a la iglesia"
El traje negro se le atribuye a Palacios o a Rafael; y así poco a poco se llega a la perfecta distribución del trabajo , tan esencial para que una cuadrilla ande bien. Rafael llegó casi a tener el monopolio de los capataces de Sevilla, por su seriedad y "status" diferente. Una vez que dicho monopolio se abre, comienza la competencia entre los maestros, y nace el arte de la "gente de abajo". Hasta llegar a la década dorada, en la que seis capataces se reparten el honor de distribuirse las cofradías: Manuel Bejarano, Salvador Dorado, Alfonso Borrero, Vicente Pérez Cano, Rafael Ariza y Rafael Franco Rojas con su hermano Manolo.
Pero, a la par que las cuadrillas van evolucionando, las cofradías no cesan. A principios de siglo, nace un nuevo concepto, se cambian las líneas rectas y los moldurones por las curvas, y nacen las bambalinas, comenzando los palios a ser agradecidos.
Pro otro lado, la música, que se limitaba a piezas clásicas fúnebres, empieza a mitad del siglo XIX, a adaptarse un poco más al hombre , y no ser un mero acompañamiento. Como muestra, tres obras maestras: Valle (Zarzuela,1893), Soleá dame la mano (J.Fotn de Anta, 1912), Amargura (M.Font Anta, 1919). Hasta llegar a la revolución con López Farfán, que crea Campanilleros (1924) y Estrella Sublime (1925), obras que parecen estar hechas para el arte de llevar los pasos de palio. Todo ello, unido al esfuerzo de los capataces por una mayor organización de la distribución en el trabajo de "la gente de abajo", derivó en el arte de llevar los pasos.
CONTINUARA...