El rápido avance de los hermanos costaleros
Una vez enumerados someramente los antecedentes que nos llevan al Martes Santo de 1973, analizaré con rapidez con que avanzan los hermanos costaleros.
Hecho que sorprende a propios extraños, debido a que los hermanos costaleros se apoyan unos a otros, aún sin pertenecer a la hermandad, provocando un avance que bajo mi punto de vista fue demasiado rápido y sin madurar, como lo demuestra este gráfico posterior. Acrecentando más aún cuando los capataces profesionales también empiezan a perder sus puestos.
Avance de los hermanos costaleros
1973............................1 paso
1974..............................2 pasos
1975..............................8 pasos
1976............................15 pasos
1977............................24 pasos
1978...39 pasos, un 38% aprox
1979...68 pasos, un 62% aprox
Dos cambios esenciales en el nuevo sistema
Con el ecuador del significado Martes Santo, las cuadrillas aparentemente cambian su vínculo de dependencia: si antes era la vinculación capataz-cuadrilla, a partir de esta fecha comienza a ser Hermandad-cuadrilla.
Este nuevo vínculo no debe ser interpretado como la privación al capataz del nuevo sistema, de su personalidad y sello, ya que esto podría traer trágicas consecuencias para el mundo de la "gente de abajo" cosa que más de un inventor ha intentado , queriendo transformar al responsable de un martillo en un mero y simple conductor de pasos.
Otra consecuencia importante a estudiar es la potenciación del costalero aficionado, que no es más que el enamorado de una de las más antiguas tradiciones de la ciudad de Sevilla; que se inserta en las cuadrillas de hermanos y que en la mayoría de ellas son el verdadero sostén de éstas.
La Sevilla olvidadiza
Anteriormente hemos pasado de puntillas sobre lo que fue el proceso de transición entre los profesionales y los hermanos costaleros; éstos últimos, alentados por las Mayordomías y el empuje de la juventud , arrinconaron prácticamente al viejo modelo. Dicho proceso, que no estuvo exento de momentos difíciles, ha ido madurando poco a poco hasta confirmarse,viviendo ahora los albores de la consolidación.
Pero esto había que hacerse una pregunta...¿Qué piensa Sevilla la Sevilla de a pie de todo esto?
Sevilla, eterna dualidad, está dividida como siempre en dos opiniones. los que mantienen que: como van los pasos hoy en día, no ha habido época que lo mejorase: y lo que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y no voy a ser yo el que dogmatice sobre el entuerto, entre otros motivos porque por un lado me enorgullezco de haber aprendido con los grandes maestros tanto del martillo como de las trabajaderas, y por el otro tengo puesto el corazón en un puñado de hombres que han hecho que, lo poco o lo mucho que soy en el mundo de los capataces, se lo deba a ellos. Si contemplamos superficialmente los dos modelos, a primera vista, nos parecían totalmente distintos y con diferente filosofía . Pero, si lo estudiamos con el microscopio frío del análisis a fondo, podemos observar que , en la última década, de los profesionales nace un costalero vocacional para el que el salario es algo como un complemento , pero que no es la base fundamental de su filosofía.
Es el enamorado de un viejo oficio, que no es más que al tradición de ser costalero. Nace llamado aficionado , independientemente de que perciba salario alguno. Si ponemos el crisol el movimiento actual, también nos encontraremos esos cromosomas sevillanos trenzados con la devoción ; luego en algunos costaleros las distancias no son tan grandes como se observan a simple vista.
En las conversaciones actuales con mis viejos amigos los profesionales, he notado cierta nostalgia a la vez que en un sentimiento de tristeza, como si fueran consientes de que nuestra Sevilla es olvidadiza. Tanto es así, que muchos de ellos no se acercan al centro para el el prodigioso milagro de la estética que cada Domingo de Ramos se repite, por la gracias de la muerte y de la resurrección de Cristo.
Por ello, con la venia de Sevilla, quiero rendir un pequeño homenaje a esos hombres que ahora están comenzando a sufrir el olvido de esta desmemoriada ciudad y que representan, sin duda, la cátedra del arte de conducir y trabajar los pasos.
Homenaje a la cátedra de la gente de abajo
Tenía yo apenas nueve años, aún calzaba pantalón corto, cuando mi rostro absorto perseguía las evoluciones de unos ojos y unas voces. Aquellos hombres de negro, mezcla de apacibles y temperamento, de sonrisas escondidas y ausentes de la mirada del público, dejaron en mí para siempre tan singular oficio.
Pero lo que en principio me parecía prohibido y casi inaccesible, con el pasar de los años se me haría familiar y docente.
Sin mediar palabra, me iban protegiendo de las mareas humanas, las famosas bullas, dándome su amparo y aceptándose a su lado. Era su forma de enseñar, posiblemente sin querer darse cuenta, eran lecciones sin libros ni pizarras, de alumnos sin apellidos.
Un día, estando con varios cofrades en casa de Salvador Dorado"El penitente", se desprendió de la pequeña fotografía enmarcada de su patrona, madre de Dios del Rosario, que tenía en la mesilla de su cama , y me la dio sin apenas esbozar un gesto. Era el lenguaje al que estábamos acostumbrados , yo hacía lo posible por no molestarle y él disimulaba ante la gente sus lecciones.
En mi niñez, yo creía que la Semana Santa se ceñía a mi Hermandad y a los siete días de gozo y reflexión. Pero poco a poco , fui descubriendo ese maravilloso mundo que se vivía en los prolegómenos de la Semana Mayor, en las trastiendas de la gente de abajo; sus cuarteles generales: casa silva, portela, el colmo , la casa de la moneda, los tres reyes,etc... verdaderos banderines de enganche del arte, el sudor y el sufrimiento.
¿Qué hubiera sido del mundo del costal sin estas Universidades? Universidades de cuarentones del blanco, de transmisión boca a boca, de roneo y gracia, archivos vivientes de hazañas y desventuras.
Pero, si Sevilla es olvidadiza, también es injusta. Y hoy quiero levantar el faldón como si fuera mañana calurosa de "la madrugá". Viernes Santo, de mañanas con sus mesas llenas de calentitos amontonados , ojeras pronunciadas, gritos a la Esperanza, saetas, bulerías, armaos, silencio de contrastes, lágrimas y niñatos aburridos que no acaban de entender que Sevilla no hay más que una y con cimientos profundos.
Quiero sacarte a tí, costaleros desconocido que por callado no hiciste nombre en tu cuadrilla, de las tinieblas del anonimato y decirte que todo lo anteriormente escrito no hubiera existido si no fuera por tu labor y entrega.
Corrientes en calles adoquinadas con cables del tranvía , fijadores aguantando mientras su patero lo borda, novatos maltratados , viejos que llevan agua de los que canta el legionario "poeta".
Cena , Museo,Candelaria, Panaderos, Pasión, Macarena y San Isidoro... La Estrella, Santa Marta , La Bofetá, Lanzada, Valle, Gran Poder y Montserrat , "corrías" de siete días. Cinco de la mañana, madrugá de Sábado Santo dejando el último aliento; latillas de mosto para entonar los cuerpo rotos, costaleros dormidos en las trabajaderas por temor a perder el sueldo.
Tejaderos y areneros acostumbrados a pesos muertos , jugando con palios de bambalinas frágiles al son de tintineo de bellotas de maderas rebozadas en oro, zapatillas toreras reprimidas para darle la justa medida que requiere un palio serio en Sevilla, medias verónicas del Cantaó, El Palma, Manolín Mercao y... tantos hombres que su dureza se hacía arte al lado de un zanco.
¿Quién dice que ellos no han enseñado nada? ¿Quienes presumen de autodidactas? AY!! de aquellas ropas ceñidas a la frente como hechas a medida, que algunas duraban toda la "corría" ¿Dónde están los cántaros y sus latillas plateadas? ¿Dónde está el compañerismo?... Hombres bajando hasta tres palos para trabajar en el sitio donde el paso hace aguas.
Viernes Santo de muerte, con Misterios con veinte penoes bajo las trabajaderas; "mudás" al son de Bartolo que te pilla el toro, verdaderos centros de enseñanza con suave recheo que no cantan la dureza de los días acumulados. Dinastías de catedráticos: Los Bejarado, Los Ariza, Los Franco... que fueron hilo conductor de algo que no hay libros que aprender, ni títulos de acreditación.
Y Sevilla se sabe enmudecer y pone silencio maestrante , sólo entrecortado con el recheo de los hombres Bejarano. Cristo muerto en la cruz para Alfonso Borrero; y por qué no añadir, palios de Rafael Franco y Salvador. La muerte y la Resurrección , la medida y la gallardía, la esbeltez y el pellizco, la prudencia y la arrogancia; de nuevo la dualidad de mi Sevilla.
Tengo que reconocer que hay quien puede acusarme de piropo blandengue, re trivial y topiquero. Pero cantar su bravura es más acorde y ceñido a la realidad que a lo que nos tienen acostumbrados, adornando a los costaleros con cualidades que nada tienen que ver con su idiosincrasia. Y al fin y al cabo esto es lo que vio un niño.. Creo que, quien vivió tan singular sueño, puede perdonar cualquier leyenda negra al otro lado de la balanza, tendrá que reconocer que Sevilla se ha vuelto olvidadiza con quien fue, es y será la cátedra de este singular mundo.