Este médico de profesión y costalero de la Amargura -donde ha cumplido 35 años- y de Servitas ha escrito esta tesis que pronto será libro sobre el mundo del costal y sus grandes protagonistas.
¿En qué consiste esa investigación que ha realizado?Mi tesis empezó ya hace bastante años cuando yo como médico me aficioné a la antropología y quise abrir una línea de investigación desde esa ciencia. Me apasiona este mundo de las cofradías y quiero seguir con la labor que realizó mi maestro Isidoro Moreno. Él me comentó que yo sería la persona idónea para hablar del tema de los costaleros porque me movía en ese mundo.
Desde el año 2000 me dediqué a investigar este tema, primero hice un estudio de tipo sociológico de las cuadrillas de costaleros de la época, lo que fue mi tesis de licenciatura. Después quise continuar con el estudio más en profundidad de los costaleros y mi idea era analizar las cuadrillas antiguas. De esos antiguos asalariados no queda nadie vivo.
Yo lo que intenté describir fue como era la estructura social, laboral y afectiva de estos costaleros. Es todo un mundo el que quiero recrear y eso, si dios quiere, podrá ver la luz a finales de este año en forma de libro, es una asignatura pendiente que tengo con el recuerdo a esos hombres.
¿Cómo era el físico de esos costaleros que sacaban pasos todos los días en Semana Santa?Habían dos fuentes principales desde donde se aportaban costaleros. Uno era el muelle, pero llega un momento en que se mecaniza el trabajo allí y hace falta menos personal, con lo que se comienza a tirar también de personas que trabajaban en los mercados de abastecimiento. Y también hay capataces de aquella época, como Rafael Franco, que lo que tenía en su cuadrilla eran albañiles, escayolistas, basureros.
Normalmente lo que tenían en común era que tenían oficios bastante precarios de la ciudad, entonces se da el fenómeno de que todas las clases sociales nos metemos en el mundo del costal.
¿Viernes Santos o Domingo de Ramos?San Isidoro lo saqué bastante años y después dejé la cuadrilla aunque conservo allí muchos amigos. Yo soy costalero de los Villanueva y me quedo con la cuadrilla de la Amargura donde cumplo 35 años y donde dejaré de salir como costalero. Y la otra cofradía que saco desde hace muchos años y que es muy querida para mí es la hermandad Servita. Fui allí porque hacía falta gente y al final te identificas con los compañeros, con la hermandad… y la considero como una de mis hermandades.
¿Es de ponerse nervioso ante la llegada de la Semana Santa?
Antes sí, cuando era más joven. Ahora con la edad lo que queremos es vivir los momentos y yo he aprendido a vivir la Semana santa de otra manera, ahora trato de disfrutar el día.
¿No ve demasiado “boom” ahora por el tema del costal?
Sí, esto es algo que se ha idealizado y en esto hay muchos factores. Hay factores económicos, factores sociales y, sobre todo, un factor importante que es el cambio de mentalidad y el cambio de prestigio social que tiene el costalero. Recuerdo que cuando nosotros empezamos éramos unos pequeños héroes, hoy en día me quedo perplejo cuando vienen 60 personas para dos huecos, una cosa tremenda.
¿Era muy distinto el mundo del costal de antes al de ahora?
Totalmente, no tiene nada que ver, antes las cuadrillas eran ajenas a la hermandad. La hermandad lo que hacía era contratar a esa cuadrilla que llevaba un capataz que era su responsable. Hoy en día las cuadrillas más o menos están integradas en la hermandad.
Las cuadrillas antiguas iban a hacer la mudá, al sacar la cofradía se les pagaba y hasta el año que viene. Eso no quiere decir que algunos costaleros antiguos no fueran creyentes y tuvieran sus devociones, igual los había que llegaron a tener muchas pasiones por imágenes de la Semana Santa.
Creo que ahora mismo pasa como antes, la afición existe, lo que ocurre es que antiguamente había unas circunstancias económicas muy fuertes y una visión del mundo del costal que no es la de ahora. Antiguamente ser costalero en Sevilla llegó a estar muy mal visto.
¿Qué otra diferencia destaca del mundo del costal de hace 35 años?
Antes por ejemplo la información cofrade que hay hoy no existía. La gente que nos atrevimos a dar el paso y nos gustó aquel mundillo llamábamos a amigos para que vinieran a rellenar los pasos por que faltaban costaleros eso ahora mismo es inviable.
¿Se queda con el mundo del costal de antes o con el de ahora?
Yo que llevo tantos años y conozco a mucha gente de esa época siempre se dice que cualquier tiempo pasado fue mejor y creo que somos productos del tiempo en que vivimos. Tantas cosas malas tenía ese tiempo como tantas cosas malas tiene éste. Lo que creo que tiene que tener el costalero es oficio y devoción, eso es lo fundamental.
Fuentes: Sevilla Directo.