27 de agosto de 2018

Poesía a la Virgen de los Ángeles.


Como un revuelo blanco, a ras del agua
del celeste mar de tu mirada,
tu mano, que no es mano, que es paloma,
de la rama de olivo portadora,
vuela hasta tu paso, que no es paso
que es el arca divina y salvadora,
de las almas que van a la deriva,
naufragando,
por el hondo diluvio de la vida.

Molinera bendita, en tu Almazara,
muele mi corazón y busca en él
esas gotas de fe tan necesarias.
Solamente unas gotas, las precisas,
para poder pintar con ese aceite,
como signo del último viaje,
la Cruz de la salvación sobre mi frente.

Y así uncido, llegar a hacerme digno
de ayudarte a pintar sobre tu cielo
el arco iris de alianzas inquebrantable
que trazó Elohim en el alba de los tiempo.

Eduardo Ponce.

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