La sobrecarga de los pasos de Semana Santa hace que los costaleros sufran múltiples contracturas derivadas del peso que sostienen y de la presión ejercida por el movimiento al caminar. Todo ello hace que los especialistas recomienden a los costaleros que se sometan a revisiones (consulta por Traumatólogo y estudio radiológico) antes de cargar los pasos para descartar cualquier deformación congénita o adquirida de la columna vertebral (sobre todo cervical y lumbar) que pueda evolucionar a grave.
Según los doctores Pedro Bernáldez y Daniel Cansino miembros de la Unidad de Traumatología del Deporte de USP Sagrado Corazón, el escaso número de personas que se somete a un estudio clínico previo antes de ejercer de costaleros está motivado “por la devoción religiosa o las promesas realizadas por estas personas, que es más fuerte que el sufrimiento físico. Sin embargo, si se realizara un estudio de las lesiones provocadas por la carga de los pasos, se observaría realmente la magnitud del problema”. Los especialistas señalan que la carga de los pasos requiere una preparación física para la que es necesario llevar a cabo un entrenamiento durante uno o dos meses antes de la Semana Santa. Este hecho puede prevenir numerosas lesiones en la columna, hombros y pies.
“La carga del paso -explican los especialistas- implica la confluencia de tres presiones diferentes: la provocada por la viga del paso, la ejercida por el costal que llevan en la cabeza y la presión del paso al caminar. A ello hay que unir la “levantá” del paso, uno de los momentos de mayor sobrepeso y esfuerzo”.
Las lesiones producidas por la carga de los pasos en Semana Santa son fundamentalmente contracturas musculares que afectan a:
-la zona cervical,
-los hombros,
-la columna dorsal,
-la columna lumbar.
La columna es un eje continuo de transmisión de fuerzas de cervical a sacro. Los costaleros pueden cargar una media de 50 kilos de peso en procesiones que suelen durar varias horas, aunque lo normal es que se establezcan turnos de carga.
Al mantener una postura incorrecta durante un periodo de tiempo mayor del debido existe el riesgo de padecer dolor o de sufrir una lesión que podría ser prevenida.
Es muy importante la ayuda de prótesis puntuales como el costal o la faja lumbar para realizar el acto de penitencia.
Por norma general, las lesiones que se producen aparecen unos días después del esfuerzo físico. De hecho -añaden los doctores- “el número de consultas en los servicios de Traumatología se duplica en los días posteriores a la Semana Santa”.
Según los doctores Pedro Bernáldez y Daniel Cansino miembros de la Unidad de Traumatología del Deporte de USP Sagrado Corazón, el escaso número de personas que se somete a un estudio clínico previo antes de ejercer de costaleros está motivado “por la devoción religiosa o las promesas realizadas por estas personas, que es más fuerte que el sufrimiento físico. Sin embargo, si se realizara un estudio de las lesiones provocadas por la carga de los pasos, se observaría realmente la magnitud del problema”. Los especialistas señalan que la carga de los pasos requiere una preparación física para la que es necesario llevar a cabo un entrenamiento durante uno o dos meses antes de la Semana Santa. Este hecho puede prevenir numerosas lesiones en la columna, hombros y pies.
¿Cómo afecta a la salud de los costaleros?
“La carga del paso -explican los especialistas- implica la confluencia de tres presiones diferentes: la provocada por la viga del paso, la ejercida por el costal que llevan en la cabeza y la presión del paso al caminar. A ello hay que unir la “levantá” del paso, uno de los momentos de mayor sobrepeso y esfuerzo”.
Lesiones derivadas de la carga de los pasos
Las lesiones producidas por la carga de los pasos en Semana Santa son fundamentalmente contracturas musculares que afectan a:
-la zona cervical,
-los hombros,
-la columna dorsal,
-la columna lumbar.
La columna es un eje continuo de transmisión de fuerzas de cervical a sacro. Los costaleros pueden cargar una media de 50 kilos de peso en procesiones que suelen durar varias horas, aunque lo normal es que se establezcan turnos de carga.
Al mantener una postura incorrecta durante un periodo de tiempo mayor del debido existe el riesgo de padecer dolor o de sufrir una lesión que podría ser prevenida.
Es muy importante la ayuda de prótesis puntuales como el costal o la faja lumbar para realizar el acto de penitencia.
Por norma general, las lesiones que se producen aparecen unos días después del esfuerzo físico. De hecho -añaden los doctores- “el número de consultas en los servicios de Traumatología se duplica en los días posteriores a la Semana Santa”.
Fuentes:Artículos de Salud en Clínica USP Sagrado Corazón (Sevilla)