Detrás de su Hijo, y siguiendo sus pasos, entre aclamaciones, camina su Madre, Madre Santísima, Virgen de los Ángeles. También Ella, guiada en su caminar por ese Capataz, que es Enrique "El Plancho", ayudado por su hijo, entra en Jerusalén con Él. ...También a Ella la podemos encontrar en la nueva Jerusalén que es la Iglesia.
Tú que sigues los pasos de tu hijo, sabiendo el sufrimiento que le espera, acompáñanos siempre en nuestro caminar.
No nos separemos de Ella. Nuestra Señora de los Ángeles nos enseñará a ser constantes, a luchar en lo pequeño, en nuestro quehacer diario, y nos ayudará a crecer en el amor a si Hijo.
¡Dios te salve, llena de gracias!, aroma de nardos y azahares, luz radiante de las estrellas, reina y madre de los ángeles.
Ella, mujer nazarena, arrebatadamente hermosa en su palio rojo de amor, como esplendor luminoso de su universo de dulzura, derrama su bendición sobre su pueblo:
¡Oh, Virgen de los Ángeles,
Madre de toda hermosura,
implora a quien la ternura
quiso en tu carne quedarse.
Custodia, Madre a su paso
quien al dolor se encamina,
y alivia a quién le domina
el peso de mi pecado.
Síguelo,Madre admirable,
tú que la angustia asumiste,
cuida a quien tanto quisiste
de esa muerte miserable.
Versos dedicados a nuestra Madre por el pregonero de nuestra Semana Santa del 2003, D. Manuel Falcón Calvo.
3 Septiembre 2009
