Hay mucha tradición alrededor de la semana santa pero también hay mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucha preparación a lo largo del año que merece la pena que mires y aprendas de ella. Como por ejemplo de un capataz y su cuadrilla.
Si buscas un artículo sobre religión lo siento pero no lo encontrarás, esa es una cuestión personal de cada uno, lo que sí vas a encontrar son 7 enseñanzas que debes aprender firmemente.
Conducir un proyecto al éxito no es fácil y hacerlo a través de un grupo de personas menos. Exige una serie de destrezas que es dificil dominar y por eso debemos tomar ejemplo de aquellos que lo hacen bien para poder hacerlo de la misma manera y dirigir nuestro proyecto al éxito.
El Capataz, un Director de Proyecto en toda regla
Esta semana he reflexionado un poco sobre la forma en que se dirigen los pasos.
En Sevilla, los pasos en semana santa se dirigen de una forma especial.
Cada hombre debe soportar una carga de unos 30 a 40 Kilos de peso ya que el paso sólo se apoya en los hombros de los costaleros.
Cada hermandad tiene un itinerario establecido de antemano como estación de penitencia que debe cubrir en un determinado tiempo ¿te imaginas todo ese tiempo cargando con el paso?
Por ello, cada hermandad dispone de varias cuadrillas de costaleros que se van rotando debajo del paso.
La duración de las paradas, la localización de éstas, la dirección de la cuadrilla bajo el paso, son tareas a cargo del capataz que es el auténtico director de este proyecto de semana santa, junto con los dos contraguías que se colocan en la parte trasera.
Vamos a ver las
7 Lecciones que deberías haber aprendido esta semana santa de un Capataz
La Igualá: El capataz conoce a su equipo
Cada día antes de organizar las cuadrillas talla a los costaleros emparejándolos por altura y trabajadera. Los distribuye entre cada una de las trabajaderas según su altura, eso es la igualá.
Rafael Ariza capataz del paso de palio de la hermandad del buen fin hablando con su cuadrilla. Imagen de Santi González
Al igual que él debes aprender como es tu equipo, que características tiene y asignarle una responsabilidad en función de sus capacidades.
La Levantá: Les mantiene motivados
Cuando el capataz golpea por tercera vez el llamador y lanza su “A ésta es”, la cuadrilla al unísono levanta el paso al cielo. Eso es una levantá. Si te parece complicado ,imagínatelo después de llevar 5 horas de recorrido. ¿Y 10h?
Por eso, el capataz motiva a la cuadrilla para conseguir el máximo.
Momentó de la levantá del paso de palio de la hermandad del Baratillo. Imagen de Santi González
En esos momentos que falta el resuello después de horas de carga que parecen eternas, sabe dar con las palabras adecuadas para que el esfuerzo se relativice, para que el peso del paso no importe y sólo cuente el hacer bien el trabajo.
Al igual que él debes estar atento a tu equipo para ver los momentos en los que estén estresados y agobiados darles esa palmadita en la espalda que necesitan como apoyo para continuar, para no detenerse, ese apoyo para continuar hacia adelante.
Chicotá a chicotá: Planifica cada paso
Planifica con mimo el trabajo a realizar. Antes de realizar el recorrido conoce perfectamente el terreno y sabe planificar las paradas para dosificar la fuerza de las cuadrillas en función de las necesidades del terreno: los mejores para la salida y la entrada y a partir de ahí alterna al resto. Planificar es vencer.
Cuadrilla de costaleros del paso de palio de la hermandad del baratillo descansando. Imagen de Santi González
Cuando tengas un proyecto por ambiguo que parezca una planificación es mejor que nada. Hecho el esfuerzo de planificar, aunque luego llegue el enemigo y te lo cambie todo, habrá merecido la pena porque te habrá permitido pensar en las alternativas previamente y podrás tomar decisiones más acertadas.
Planificar es detallar, conocer lo que hay que hacer y distribuirlo temporalmente.
Oído a lo que se manda: ¡Comunicación!
No deja atrás la comunicación, la cuida, la mima, ya que es la única forma de manejar todo el paso por el camino adecuado, recto y derecho en su andar.
Por eso, lanza la voz de oído a lo que se manda para que todos los costaleros estén atentos a las órdenes y las cumplan y por eso, en la parte de atrás están los dos contraguías para corregir cualquier problema.
La comunicación es vital para una correcta chicotá del paso.
Rafael Ariza capataz del paso de palio de la hermandad del buen fin dirigiéndose a su cuadrilla. Imagen de Santi González
Los costaleros que van debajo confian en él ciegamente, ellos no ven por donde van pero saben que si siguen las instrucciones de su capataz lograrán el éxito y esa confianza vale su peso en oro.
Se ensaya, se ensaya, se ensaya
Se entrena, se prepara, se ensaya, no se deja nada a la improvisación.
Nada sale por ciencia infusa, una cuadrilla no funciona sin preparse.
El capataz es consciente de eso y por ello durante parte del otoño y todo el invierno realiza salidas con las cuadrillas con el paso sin figuras pero cargado con un peso similar.
Les lleva por el mismo recorrido para que se lo aprendan, para que sepan como duele aquí y allá, para que saboreen el sabor amargo de desfallecer y no lo quieran y se sobrepongan y continúen para dar el máximo.
Paso de Cristo de la hermandad de San Bernardo. Imagen de Santi González
De la misma manera, como líder de tu equipo debes velar porque su preparación sea exquisita, que su formación no se quede en tres ppt y dos pdf y que tengan experiencia continua con el trabajo a realizar.
Tutelarlos y vigilar que lo hacen cada vez mejor, cada uno con su propio nivel de exigencia. Sin descuidar los materiales que les preparen para ser mejores en cada momento, manteniéndolos siempre alerta y preparados para realizar su trabajo de la mejor manera posible.
A la voz de “A ésta es”: ¡Manda!
Tiene una visión de conjunto que le permite conocer toda la situación y con ello manda, da las órdenes pertinentes. Sabe lo que hay que hacer y cómo hacerlo y dirije a su equipo a completar con éxito su misión.
No duda, no titubea, hace lo que tiene que hacer, mandando.
Rafael Ariza capataz del paso de palio de la hermandad del buen fin. Imagen de Santi González
Comparte el éxito
Un buen capataz sabe transmitir a su cuadrilla el reconocimiento que están recibiendo del público cuando hacen una actuación notable. Sabe como transmitirles esa aclamación y que la saboreen para convertirla a su vez en un deseeo de agradar y de hacer más, de ir más lejos de no detenerse ante nada ni nadie.
Paso de palio de la hermandad del baratillo en medio de la multitud. Imagen de Santi González
A tu equipo deberás hacerle lo mismo, que pruebe el sabor del éxito, que sepa que el éxito no es sólo tuyo que es de todos y que sepan que si quieren más hay que hacerlo mejor que hay que alcanzar nuevos objetivos.
Y ahora tú.
¿Podemos aprender algo más de la semana santa?